Si algo quedó claro para Argentina es que su destino final en el Mundial de Rusia-2018 está atado a la salvadora inspiración de Lionel Messi, pero la Albiceleste sigue con la soga al cuello sin margen para el error cuando enfrente a Chile en marzo.

Al concluir el 2016, Argentina está en zona de repesca tras caer goleado 3-0 en el superclásico regional ante Brasil y redimirse luego frente a Colombia con idéntico marcador a su favor en la última doble fecha, disputada en noviembre pasado. En medio de las dificultades que atraviesa a nivel general el fútbol argentino, este año Messi aclaró su relación con su país natal.

El crack del FC Barcelona renunció tras la final perdida contra Chile en junio en la Copa América Centenario de Estados Unidos y provocó en el país un debate con ribetes de psicodrama colectivo.

"#No te vayas Leo" se convirtió en una campaña que tomó incluso las vías públicas y los medios buscaron interpretaciones sociales en psicólogos deportivos. Hasta el presidente Mauricio Macri, llamó a 'La Pulga' y luego pidió al país dejarlo un rato en paz a un futbolista agobiado por las críticas tras no haber logrado ganar títulos internacionales con la Albiceleste.

Lo que para algunos fue una pataleta infantil, terminó en agosto con un comunicado diciendo que no se iba. "Amo demasiado a mi país y a esta camiseta", escribió Messi horas antes de ser convocado por el entonces nuevo DT Edgardo Bauza.

Mala suerte en momentos cumbres

Argentina perdió tres finales consecutivas en dos años, en las ediciones 2015 y 2016 de la Copa América, en ambos casos ante Chile, y en el Mundial-2014 ante Alemania. El 23 de marzo la Albiceleste deberá recibir a su verdugo Chile y rival directo en la clasificación, para luego visitar a Bolivia el 28 de ese mes en la siempre complicada altura de La Paz.

El rival siguiente en 2017 también es una parada difícil: visitará al duro Uruguay en agosto y recibirá a Venezuela en septiembre. Argentina está quinta en zona de repesca con 19 puntos, detrás de Brasil, Uruguay, Ecuador y Chile, hoy con boletos a Rusia.

El cambio de humor que significó el triunfo ante Colombia no modifica la pintura general: Argentina sigue en problemas pese al optimismo del entrenador.

"Con estos jugadores me veo campeón del mundo", dijo con entusiasmo exagerado Bauza después de la bocanada de oxígeno del triunfo ante los 'cafeteros' en noviembre pasado. Pero el presente sigue complicado y depende peligrosamente de la magia de su jugador estrella.

Mientras los hinchas le exigen un recambio que no llega, Bauza sigue apostando a los jugadores históricos, como Gonzalo Higuaín, Sergio Agüero, Ángel Di María o Javier Mascherano, cuyo nivel quedó en duda en la última doble fecha. Mauro Icardi, goleador y capitán en el Inter de Milán, es uno de los reclamados por los hinchas. "Icardi sabe que lo estoy siguiendo y en cualquier momento puede ser convocado", dijo Bauza aunque admite priorizar a Higuaín o Lucas Pratto.

El grupo como concepto

Bauza respaldó a sus jugadores con una lógica que va a contramano de los hechos. "La selección no es Messi y diez más", dijo y consideró al delantero Angel di María como "el mejor en su puesto". Pero la dura realidad puede pesar para un cambio de planes. Al tambaleante presente de Argentina se suma la actitud de los jugadores que se declararon en rebeldía con la prensa ofendidos por un supuesto trato irrespetuoso.

El 'boicot' fue liderado por el capitán Messi y tuvo como disparador los dichos de un periodista radial argentino que acusó a Ezequiel Lavezzi de haber fumado un cigarrillo de marihuana en la concentración. El enojo libra de incómodas preguntas a los jugadores cuyo desempeño a la luz de los resultados viene siendo cuestionado. El entrenador prometió mediar en la situación al deslizar su desacuerdo con la insólita medida.

"Esto se va a tener que arreglar en algún momento, en la próxima convocatoria vamos a volver a charlar", dijo el 'Patón' en una reciente rueda de prensa. Otra de las cuentas pendientes que deberá saldar el equipo argentino.

afp/livefutbol