09.03.2017 14:08 h

¿Puede reponerse el PSG del naufragio?

Los parisinos fueron una marioneta sin alma en la Ciudad Condal. (Foto: Getty)
Los parisinos fueron una marioneta sin alma en la Ciudad Condal. (Foto: Getty)

¿Se cuestionará el trabajo de Emery? ¿Se vendrán abajo los jugadores? Sea como sea, el Paris SG entró en la historia de la peor manera convertido en el primer equipo eliminado en la Champions tras ganar 4-0 en la ida y caer 6-1 en la vuelta de octavos ante el Barcelona.

A juzgar por la mirada triste de Javier Pastore, el aire abatido de Thomas Meunier, el aspecto lívido del presidente Nasser Al-Khelaifi, la noche del miércoles será tristemente recordada por el PSG. Y las próximas semanas se anuncian difíciles a todos los niveles en el club parisino, mal recibido en la madrugada del jueves por una treintena de aficionados a su llegada a la capital francesa.

Thiago Motta incluso impactó con su coche a un aficionado que golpeaba su vehículo y fue llevado al hospital levemente herido. La pesadilla es total: seis goles encajados, tres de ellos en los últimos 7 minutos de partido con lo que el Barça evidenció todo lo que le falta al PSG para ser el gran club que sueña.

¿Cómo aspirar a una victoria en la Liga de Campeones con tal febrilidad defensiva, con tal falta de control y confianza en uno mismo? "Te puedes clasificar perdiendo 5-1 y el gol que no tienes que encajar... ¡te lo meten!¡Es realmente increíble!", dijo Thomas Meunier, tras la derrota.

"Teníamos que haber abordado el partido de una manera mucho más tranquila y profesional, y es ahí donde se ve que todavía nos falta algo en París para formar parte del grupo de los Bayern o Barça", añadió.

Y es que desde la compra del club por el fondo soberano de Catar en 2011, el credo sigue siendo el mismo: el PSG es un gran club, con fondos casi ilimitados, que ficha primeras espadas para intentar tratar de tú a tú a los grandes como el Real Madrid, el Bayern Múnich o el Barcelona.

Pero el PSG todavía no ha pasado de los cuartos de final de la Liga de Campeones desde 2011. Nunca ha logrado eliminar a un equipo de primer plano y nunca podrá soñar con tal victoria siendo tan mediocre frente a la adversidad como lo fue el miércoles. Aunque después de la ida, las apuestas hechas por la dirección del club en verano -sustituir a Laurent Blanc por Unai Emery, confiar en Edinson Cavani para suplir la salida de Zlatan Ibrahimovic - , parecían funcionar, ahora todo vuelve a estar en cuestión.

Preguntado por el futuro del técnico, el presidente parisino Nasser Al-Khelaifi se limitó a decir que "no es el momento de hablar de eso, vamos a calmarnos. Tras el partido todo el mundo estaba enfadado. No es un tema para ahora, no es la emoción lo que va a decidir eso".

Ni táctica ni juego funcionaron

El técnico tiene su parte de culpa en el fiasco del miércoles, dejando a su equipo jugar demasiado cerca de su marco cuando el Barça tiene más problemas cuando se le presiona arriba. Pero, la actitud de las primeras figuras del PSG tampoco fue de lo mejor. Marco Verratti, Marquinhos, Blaise Matuidi, Thiago Silva, que no fue el líder que se esperaba, todos fallaron más o menos.

El PSG tiene ahora que rehacerse para seguir siendo, al menos, soberano en su territorio nacional. El vigente campeón liguero francés se desplaza el domingo a Lorient, farolillo rojo del campeonato francés con la obligación de ganar, ya que está tres puntos por detrás del líder de la liga francesa, el Mónaco, a diez jornadas para el final.

Después jugará la final de la Copa de la Liga contra el Mónaco el primero de abril y un cuarto de final de la Copa de Francia contra Avranches, cuatro días más tarde. No obstante, todos los éxitos posibles en la competición nacional no borrarán la debacle del miércoles.

afp/livefutbol