02.11.2017 03:48 h

El Sevilla mantiene el control de su destino (2-1)

Banega anotó uno de los tantos hispalenses en el Pizjuán. (Foto: Imago)
Banega anotó uno de los tantos hispalenses en el Pizjuán. (Foto: Imago)

El Sevilla ganó 2-1 en casa al Spartak de Moscú este miércoles en partido de la cuarta jornada de la Liga de Campeones, con lo que sigue dependiendo de sí mismo para pasar a octavos de final de la Liga de Campeones.

El defensa francés Clément Lenglet abrió el marcador al rematar de cabeza un saque de córner (30), antes de que el argentino Éver Banega hiciera el 2-0 con un disparo por la escuadra (59) y Ze Luis recortara distancias (77). El Sevilla, que saltó al césped del Sánchez Pizjuán con la necesidad de ganar para seguir dependiendo de sí mismo, demostró haber dejado atrás el contundente 5-1 encajado en Moscú hace quince días.

Su victoria le permite ponerse en la segunda posición (7 puntos) del grupo E, por detrás del Liverpool (8) y superando al Spartak (5). "Dominamos a un equipo muy peligroso, un rival muy bueno técnicamente, lo presionamos, no lo dejamos salir de su campo durante 70 minutos", explicó el técnico sevillista Eduardo Berizzo, tras el encuentro. "Creo que el partido premia un gran esfuerzo y una gran actuación de todo el equipo", añadió.

Los hombres del 'Toto' salieron dispuestos a llevarse el encuentro, adelantando líneas y ejerciendo una fuerte presión sobre un Spartak, que tuvo que encajar el tanto para empezar a despertar. A los tres minutos, Banega dio el primer aviso con un disparo demasiado cruzado dentro del área (3).

Los sevillistas mantuvieron el control de la pelota frente a un Spartak encerrado atrás, que esperaba el momento para salir rápido en busca de su gran peligro, Quincy Promes, autor de un doblete en la ida. Los locales, con Steven N'Zonzi dueño del centro del campo, movían el juego de un lado a otro buscando el hueco en el muro rival.

Manuel Agudo 'Nolito' llevaba el peligro por la banda izquierda poniendo a prueba el meta Alexander Selikhov, que tuvo que sacar los puños para despejar un tiro del extremo sevillista (7), antes de ver como otro remate del jugador español se iba demasiado cruzado (49).

El Sevilla asediaba la portería contraria, pero finalmente el gol acabó llegando en una jugada a balón parado cuando Lenglet se elevó en el área a un saque de córner para hacer el 1-0 de cabeza (30). El gol levantó al estadio Sánchez Pizjuán, lleno sólo de sevillistas, después que la UEFA prohibiera al Spartak vender entradas a sus aficionados por los incidentes acaecidos en el campo del Maribor.

El Sevilla, con el marcador a favor, se relajó un tanto, permitiendo mayores llegadas del Spartak que empezó a estirarse en busca del empate. A la vuelta del descanso, el Spartak se mostró más activo, presionando en busca del balón y tratando de impedir que el Sevilla saliera con la pelota controlada. "Fue una pena entregar el primer tiempo", consideró el técnico del equipo ruso, el italiano Massimo Carrera.

Diana preciosa

Pero, el empuje ruso apenas duró un cuarto de hora, lo que tardó el Sevilla en hacer el segundo tanto. Banega cazó un balón escorado se fue hacia dentro y soltó un disparo desde la frontal que se coló por la escuadra izquierda de Selikhov (59). El gol trajo más tranquilidad al Sevilla, que empezó a notar el esfuerzo hecho durante todo el encuentro.

Berizzo movió el banquillo, pero el equipo ruso aprovechó el paso atrás de los sevillistas para recortar distancias a falta de diez minutos para el final del encuentro. Denis Glushakov controló en el área para soltar un disparo que rechazó Rico, pero el balón le llegó a Ze Luis que entraba en carrera para hacer el 2-1 (77).

El gol ruso cayó como un jarro de agua fría en el Sevilla que en los últimos diez minutos dio un paso atrás para defender un resultado que le permite seguir dependiendo de sí mismo para alcanzar los octavos de final de la Champions.

afp/livefutbol