Riyad Mahrez, de regreso al entrenamiento con el Leicester el viernes después de dos semanas de ausencia tras su traspaso abortado al Mánchester City, va a tener que levantar la cabeza y buscar nuevas motivaciones tras esa decepción.

El internacional argelino no estuvo en las dos últimas semanas con su equipo, fuera de partidos y de entrenamientos, en principio como protesta contra su club, responsable en su opinión de haberle construido una 'prisión de oro' en los Midlands. Su vuelta se produce precisamente justo antes de un desplazamiento al campo del Mánchester City, el sábado, en el que en principio no participará.

Según la prensa local, los Foxes rechazaron la oferta de 90 millones de euros por el delantero, que había reclamado de nuevo salir del equipo en los últimos días del mercado de enero, como ya había hecho en el mercado de la pretemporada en agosto. La idea de tener que continuar en Leicester le dejó "muy deprimido", según su entorno.

"En el curso de los diez últimos días, numerosas personas que pretenden ser mis amigos han hablado de mí y de cosas que no conocen. Es por eso que quiero precisar que todas esas pretendidas suposiciones sobre la razón de mi ausencia son totalmente falsas", se defendió el jugador en un comunicado, sin precisar el motivo de esa ausencia.

Antes de regresar el viernes al grupo fue sancionado con una multa de 240.000 libras (272.000 euros) por sus ausencias. "Creo que Riyad no está disponible para el partido del sábado. Espero que vuelva y trabaje duro con el equipo", afirmó el entrenador Claude Puel, cuyo equipo ha tenido problemas sin su estrella (empate ante el Swansea, derrota con el Everton).

Llegado desde Le Havre en 2014 por algo menos de 400.000 euros, Mahrez se convirtió pronto en una pieza clave del Leicester, al que guió al título de la Premier League, por sorpresa, en la temporada 2015-2016. Tras su nombramiento como mejor jugador del año, renovó en 2016 por cuatro años.

Pero después de aquel año de ensueño, el Leicester volvió a un papel más discreto, más de mitad de la tabla, y Mahrez tiene aspiraciones más grandes: "Soy ferozmente ambicioso y creo que ha llegado el momento de ir a vivir una nueva experiencia", afirmó en la pretemporada.

Su seleccionador, Rabah Madjer, le apoyó en sus intentos, estimando que Mahrez "merece más" que el Leicester. El jugador no entiende por qué el Leicester dejó irse al Chelsea a otros dos pesos pesados del equipo, N'Golo Kanté en 2016 y Danny Drinkwater en 2017, mientras que se niega a facilitar su salida.

Su huelga de los últimos días no ha sentado bien en Inglaterra, donde los comentaristas han sido críticos con él. "Es un niño grande, ¿verdad? Si yo fuera uno de sus compañeros de equipos estaría muy enfadado con él", declaró el exinternacional Chris Sutton a la BBC. Para el Daily Mail, la huelga le pasará factura y puede impedirle ser traspasado después de esta temporada, como desea, al Mánchester City.

Este culebrón deja otra imagen: "La de un individuo egoísta (...) que quiere poner fin de manera prematura a su contrato y que, constatando que no puede hacerlo, abandona a su club y a sus compañeros", escribe el tabloide, preguntándose si esa actitud es la mejor para impresionar a Josep Guardiola.

"Dicen que Mahrez está deprimido por la idea de tener que quedarse en el Leicester. La depresión es una enfermedad real y grave. Si Mahrez tiene problemas psicológicos, merece simpatía y apoyo", continúa el Daily Mail. "El sindicato de jugadores (PFA) ofreció una mediación, ¿pero por qué una persona que sufre una enfermedad mental necesitaría la ayuda de un sindicato y no la de un terapeuta?", se pregunta.

Esta temporada, Mahrez ha marcado ocho tantos en la Premier League y ha dado siete asistencias. Guardiola dijo este viernes que le gustaría verle el sábado contra su propio equipo: "Espero que juegue. Quiero que vuelva rápido, me gusta verle".

afp/livefutbol