13.07.2014 15:17 h

Messi, Mascherano y Di María, tres grandes de Rosario

Maxi Rodríguez
Maxi Rodríguez

Rosario, célebre por contribuir al fútbol internacional con figuras descollantes, está hinchada de orgullo por aportar nuevos 'próceres' a la selección argentina que disputa la final del Mundial, entre ellos Lionel Messi, Angel Di María y Javier Mascherano.

Esta bella ciudad portuaria y agroexportadora de 1,2 millones de habitantes, la tercera del país, es la cuna de Messi, Di María, Maxi Rodríguez y Ezequiel Garay, mientras que Mascherano y Ezequiel Lavezzi nacieron en ciudades cercanas pero se formaron allí.

La historia no es nueva. Rosario, a 310 km al norte de Buenos Aires, exhibe entre sus glorias a los prestigiosos entrenadores Marcelo Bielsa y Gerardo Martino, y a César Menotti, el DT de la selección campeona de Argentina-1978. Si no nacieron allí al menos jugaron o se hicieron en sus clubes estrellas de la talla de Mario Kempes (Rosario Central) y Jorge Valdano y Gabriel Batistuta (Newell's Old Boys).

La archirrivalidad entre los dos grandes equipos locales, Newell's, a los que llaman 'leprosos', y Central, los 'canallas', es tan pasional como un Boca-River, y atraviesa de punta a punta esta ciudad, la más futbolera del país, dicen. Los de Newell's reivindican como propios a Messi, Maxi Rodríguez y Ezequiel Garay, mientras que los de Central se apoderan de Di María, Javier Mascherano y Ezequiel Lavezzi.

Maxi, más grande en Rosario que Messi

Cuna del guerrillero Ernesto 'Che' Guevara, Rosario entrelaza una intensa vida cultural con su solvencia deportiva, a tal punto que de allí surgió el humorista Roberto Fontanarrosa, mentor del cuento de fútbol como estilo literario.

Considerado en el mundo el mejor jugador de la actualidad, la fama del astro del FC Barcelona Lionel Messi, encuentra c ompetencia en su propia ciudad, ya que la afición divide sus amores aunque reconocen que no se olvidó de su tierra. "Por más que Messi sea el mejor jugador del mundo, su imagen aquí en Rosario no está a la altura de la de Maxi Rodríguez", afirma a la AFP Matías Lescano, un empleado de hotel de 25 años, que se define como 'leproso' hasta la muerte.

Lescano sostiene que en Rosario "el ídolo es Maxi y lo respetan todos, hasta los de Central", afirma Lescano. A su lado, Gabriel Della Pace, de 34 años, fanático del archirrival 'canalla', reconoce que "Messi es el indiscutible, pero el que genera admiración es Maxi porque a los 30 años volvió" en 2012 a Newell's, donde había debutado en 1998 antes de jugar en el Espanyol, el Atlético de Madrid y el Liverpool.

¿Dudar de Messi? ¡Me da bronca!

Pese a los nuevos 'próceres' rosarinos, los habitantes de la ciudad no se sienten dueños de la selección de Alejandro Sabella. "Yo al Mundial lo veo como argentino, no como rosarino", dice Leandro Bartolomé, un joven empleado de una estación de servicio del centro de Rosario, "de Newell's como Messi", se define.

Le molesta las críticas al astro: "¿Dudar de Messi? ¡Me da bronca! Como hincha quiero que salga campeón pero también porque sería una revancha para él". A cualquier rosarino que se le consulte sobre la selección, lo primero que responde es de qué cuadro son, como carta de presentación.

"Yo soy hincha de Central, así que soy hincha de Di María. Primero está Central y después la selección", advierte Mirta Urquiza, de 57 años, que atiende su kiosco de diarios y ruega porque el volante del Real Madrid juegue la final.

Las más jóvenes prefieren, en cambio, al seductor Lavezzi, del París Saint-Germain, pero esa nueva pasión se extiende en todo el país. Los vendedores ambulantes ofrecen a la par las camisetas del 10 de Messi con el 7 de Di María, cuestión de no perderse clientes, y suman las de Mascherano, con talla de prócer por su actuación contra Holanda que selló el pase albiceleste a la final.

"Ahora está de moda Mascherano, parece que va a arreglar todo: los fondos buitres, la deuda externa", ironiza Omar Ramos, un 'rara avis' hincha de River. Rosario es paradójicamente una de las pocas ciudades de este país apasionado por el fútbol donde no hay pantallas gigantes para seguir a la selección.

afp