08.01.2015 14:32 h

Copa Asia: Palestina jugará con bandera de la libertad

De Cisjordania a Gaza, los palestinos ansían sentarse ante la televisión para ver el primer partido de su selección en la Copa de Asia, cuya participación es ya un motivo de orgullo y de esperanza para un pueblo que lucha por su Estado desde hace décadas.

Muchos palestinos tienen casi más confianza en las proezas de su equipo nacional en el torneo continental que se disputa en Australia que en las iniciativas de sus diplomáticos para promover el Estado independiente en los organismos internacionales.

Mientras Palestina espera que la asamblea general de Naciones Unidas reconozca su entidad como Estado independiente, la Federación Internacional de Fútbol (FIFA) abrió las puertas a su selección en 1998. Y cuando los líderes palestinos vienen de fracasar en su intento de que la ONU ponga fin a la ocupación israelí, el 'Fidai' (nombre que recibe el equipo de fútbol en homenaje a los primeros combatientes del país), 115º selección en la clasificación de la FIFA, disputará por primera vez en su historia la Copa de Asia.

"Es un momento histórico", señala en la página de la FIFA Ashraf Al-Fawaghra, uno de los mejores goleadores del equipo (14 tantos) y autor de la diana que significó la clasificación para la competición. "Nuestro objetivo es enviar al mundo el mensaje de que los futbolistas palestinos tienen el derecho a jugar y desarrollarse. Queremos también devolver la sonrisa a la cara de nuestro pueblo y hacer disfrutar a nuestros aficionados", añadió el delantero de 28 años, que juega en Arabia Saudí.

Jugar a pesar de la ocupación

La presencia del equipo en Australia, uno de los dos países junto con Estados Unidos que votó en contra del proyecto palestino en la ONU, es en sí misma una victoria.

"Palestina jugará contra los más grandes de Asia a pesar de la ocupación, el bloqueo, las presiones y las represiones de los israelíes", señaló Jibril Rajoub, presidente de la federación palestina y dirigente del partido Fatah, al que pertenece el presidente Mahmoud Abbas.

En los territorios ocupados, en los que la pasión por el fútbol es inmensa, el deporte no escapa a las consecuencias del conflicto con Israel. Ahed Zaqqout, una leyenda del balón en Palestina, fue asesinado a los 49 años el 30 de julio de 2014 en un bombardeo. Para jugar, el equipo nacional debe superar los 'check-points' de la ocupación y las prohibiciones de circular, además de haber tenido a algunos jugadores en prisión. Además la federación palestina denunció en noviembre una incursión del ejército israelí en sus instalaciones.

El fútbol, parte de la liberación

La lista de 23 jugadores convocados para la Copa de Asia, de los que seis juegan en el extranjero, es un fiel reflejo de las condiciones del pueblo palestino. Algunos vienen de Cisjordania, otros de la Franja de Gaza, tres están en la diáspora y otros tres son árabes iraelíes, descendientes de palestinos que no emigraron tras la creación del Estado de Israel. Un cuarto árabe israelí no pudo incorporarse a la selección por el miedo a perder su trabajo como maestro en Israel.

En la primera fase de la Copa de Asia Palestina se enfrentará a Japón, Jordania e Irak. Los aficionados conocen la altura del reto, por ejemplo ante el cuadro nipón, clasificado en el puesto 54º de la FIFA y una de las mejores formaciones del continente, dirigida por el famoso entrenador mexicano Javier Aguirre.

"Para el resto del mundo el deporte significa trofeos y medallas. Pero en Palestina es una parte del proyecto de liberación", señaló el presidente de la federación.

Antes de su salida para Australia, el 'Fidai' fue recibido por el presidente Mahmoud Abbas, que asistió a una ceremonia en la que se homenajeó a los 23 hombres que defenderán la camiseta roja. "El deporte es ahora un arma importante en la política", recordó.

afp