Llegamos a la recta final muy fuertes, haciendo el fútbol que la gente quería ver, indicó el técnico de Brasil, Rogério Micale, al analizar la clasificación a la final del torneo masculino de los Juegos Olímpicos de Rio-2016 con una goleada 6-0 a Honduras.

"El 1-0 nos ayudó mucho porque pensábamos que iba a ser un partido difícil, ese gol nos dio tranquilidad para el resto del juego, fue espectacular y llegamos a la recta final muy fuertes", dijo Micale en rueda de prensa el miércoles en el Maracaná.

Brasil se dio un festín de goles frente a la 'H', que había sorprendido en el torneo al eliminar a Argentina, en la primera fase, y Corea del Sur, en los cuartos de final, con tantos de Neymar, a los 15 segundos y 90 -penal- minutos, Gabriel Jesús (26 y 35), Marquinhos (51) y Luan (79).

"Estamos jugando bien y es un motivo que nos lleva hacia la esperanza de poder conquistar ese gran sueño", agregó el entrenador. "Cada partido tiene su historia y ahora queremos hacer otra historia en la final, hemos crecido mucho después de un inicio que despertó dudas y estamos en un momento importante", remarcó.

"Queremos saborear esta victoria, pero también es cierto que ya estamos pensando en la final", el sábado nuevamente en el Maracaná. "Alemania y Nigeria son dos equipos extremadamente difíciles. Nigeria es muy fuerte físicamente, rápido en el contragolpe, y Alemania es un conjunto bien organizado, automatizado y que ya lleva bastante tiempo trabajando junto", analizó.

Sobre Neymar, que desde el partido contra Dinamarca, en el cierre de la primera fase en Salvador, mejoró su rendimiento y ante la 'H' fue un exquisito conductor, Micale lo calificó como "un monstruo". "Tiene un don enorme, es un monstruo, es muy difícil que salgan jugadores así de la noche a la mañana en cualquier parte del mundo", consideró. "Hace una semana vivió un momento difícil cuando no se daban los resultados, pero creció y los resultados llegaron. Neymar es el exponente de todo esto y está ayudando a que se eleve el nivel del fútbol brasileño", puntualizó.

Brasil quedó a 90 minutos de su primer oro olímpico, ovacionado en el Maracaná después de su decepcionante arranque en los Juegos y convencido de que el 'jogo bonito' es el camino de regreso al éxito internacional.