El Lyon revalidó su corona en la Liga de Campeones femenina de fútbol, tras superar en la tanda de penales (7-6 tras empate 0-0) al París Saint-Germain, este jueves en la final disputada en Cardiff.

Con este título, el cuarto de su historia en esta competición (tras los de 2011, 2012 y 2016), el Lyon alcanzó en lo más alto del palmarés del torneo al Fráncfort. El equipo alemán se coronó por última vez en 2015, precisamente ante el París Saint-Germain, que cayó en su segunda final de Champions y todavía no ha podido levantar el trofeo en esta competición.

Sin goles en el tiempo reglamentario ni en la prórroga, la final se decidió en la tanda de penales, donde hubo una gran emoción. El lanzamiento que dio el título al Lyon lo consiguió la arquera Sarah Bouhaddi, instantes antes de que su homóloga del París Saint-Germain, Katarzyna Kiedrzynek, fallara el suyo.

Con su título en esta Champions, el Lyon cierra la temporada con un 'triplete', después de haber ganado ya la liga francesa y la Copa de Francia. En ese último torneo también ganaron por penales al PSG. Una despedida perfecta por lo tanto para el entrenador Gérard Prêcheur, que al término de este curso será sustituido en el puesto por Reynald Pedros.

El Lyon se sobrepuso incluso a la temprana lesión de su estrella estadounidense Alex Morgan, de regreso de una lesión y que tuvo que ser cambiada en el 23 por Elodie Thomis. Morgan finaliza contrato con el Lyon al término de este curso.

La otra cara de la moneda

En el París Saint-Germain, la decepción fue evidente, ya que tuvieron muy cerca el objetivo. La costarricense Shirley Cruz fue titular y capitana del PSG en este partido, pero fue reemplazada en el minuto 80. Finalmente no pudo sumar su tercer título europeo, después de los dos que consiguió cuando jugaba en el Lyon.

La española Vero Boquete empezó como suplente pero entró en el 57 y anotó uno de los lanzamientos. No pudo sin embargo levantar el trofeo como sí hizo en 2015, entonces en el Frankfurt. También fue una noche de decepción para la española Irene Paredes y las brasileñas Cristiane y Formiga, las tres titulares y que vivieron la cara amarga de la final.

El partido se jugó en Cardiff, la ciudad en la que el sábado tendrá lugar la gran final de la Liga de Campeones masculina, entre el Real Madrid y la Juventus. Fue la primera vez que el torneo tuvo una final entre dos equipos franceses. "Dos equipos franceses en la final es algo excepcional", había celebrado antes del partido en declaraciones a la AFP el presidente de la Federación Francesa de Fútbol (FFF), Noël Le Graët.

afp/livefutbol