Unai Emery ha llevado al Arsenal, desorientado tras la salida de Arsène Wenger, a un lugar que conoce bien: la final de la Europa League, una competición que ha ganado en tres ocasiones. Pero el camino es todavía largo para el entrenador español, que juega sin florituras, como unos 'Gunners' en reconstrucción.

Su pelo negro engominado sigue peinado hacia atrás, conserva el fuerte acento y su temporada va a terminar otra vez con una gran cita europea, el miércoles contra el Chelsea en Bakú.

Criticado luego de dos años flojos en el París Saint-Germain, marcados por la humillación de una remontada histórica en Barcelona en Liga de Campeones, Emery ha retomado sus hábitos en un club que no tiene un extenso palmarés europeo, solo la Recopa conquistada en 1994.

Autor del triplete histórico con el Sevilla entre 2014 y 2016, se ha convertido en un técnico exitoso en Europa League, capaz de sacar lo mejor de sus jugadores por su carácter impetuoso y su meticulosidad táctica.

"Cada momento es diferente. Quiero escribir una nueva historia con el Arsenal. Nuestra experiencia quizás es importante pero lo que cuenta es prepararse con los jugadores con una gran ambición y una gran motivación para la final. Aprovechar el momento", declaró el vasco, que ha disputado 73 partidos de la segunda competición continental, un récord.

En el norte de Londres ha tenido que reconstruir su propia imagen, disminuida en París, sobre los restos del edificio levantado durante 22 años por Arsène Wenger, que se marchó el pasado verano con una sexta posición en la Premier League que decía mucho sobre el nivel de los 'Gunners', muy por debajo de las grandes locomotoras del país.

Los dos finalistas quieren relanzarse y tienen un objetivo común: alcanzar la 'Champions', que el Arsenal no ha disputado estas dos últimas temporadas. Fracasado su primer intento a través del campeonato inglés, terminando 5º, conseguirá su objetivo si vence al Chelsea en la final.

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"No solo ha cambiado el entrenador, sino que se ha revisado todo el modelo. Si pudiéramos volver en el tiempo tomaríamos al 100% la misma decisión de contratar a Unai. Estamos muy contentos de su impacto", dijo a los medios del club antes de la final el director general Vinai Venkatesham.

¿Cuál ha sido el impacto de Emery? El desarrollo de jóvenes como el uruguayo Lucas Torreira o el francés Mattéo Guendouzi es mérito suyo, así como la serie de 22 partidos sin perder -la más larga desde 2007- entre agosto y diciembre y una mejor cara ante los principales equipos de Inglaterra.

Pero su mala relación con Mesut Özil, el jugador mejor pagado del club a quien ha reprochado su falta de implicación física, ha hecho recordar sus malos momentos parisinos, como el 'penaltygate' entre el charrúa Edinson Cavani y el brasileño Neymar que enrareció el ambiente en el vestuario.

Los datos no prueban una revolución en el Arsenal con la llegada del 'Emeryball', que continua encajando muchos goles (51 en la Premier, los mismos que el curso pasado) sin marcar más (73 frente a los 74 de la 2017-2018).

"Su balance es confuso", explica a la AFP Dan Critchlow, contribuidor principal en el blog Daily Cannon, dedicado a los 'Gunners'. "Su estilo, más pragmático y más adaptado al rival, es diferente al de Wenger, basado en la posesión. Hemos visto un cambio en el estadio".

"Hay que darle tiempo, al menos un año", añade. "Creo que sigue siendo el entrenador ideal para dirigir la transición, aunque no le veo quedándose más de tres o cuatro años".

Ha sido en la Europa League donde el Arsenal ha exhibido su versión más parecida a su entrenador, mostrándose infalible pese a dos derrotas en los partidos de ida de dieciseisavos de final (BATE Borisov) y octavos (Rennes) y un sorteo a veces complicado, como el que le enfrentó al Nápoles en cuartos.

afp/livefutbol