28.05.2022 18:41 h

Cerveza y fervor: en París, 'blancos' y 'reds' confían

'Reds' o 'blancos', decenas de miles de aficionados invaden desde el viernes París, y vibran en un ambiente festivo horas antes de la final de la Liga de Campeones este sábado entre Liverpool y Real Madrid, en sendas zonas de aficionados separadas por varios kilómetros.

Aunque sin entradas para el partido miles de ellos, una marea roja de aficionados del Liverpool tomó una zona en el noreste de París, mientras que los aficionados del Real Madrid tienen su base de operaciones no lejos del Stade de France, en un parque en la localidad de Saint-Denis.

La Place de la Nation de París podía pasar por la calle Anfield Road junto al estadio homónimo. A pies de la estatua 'El triunfo de la República', Richie Stuart, de Liverpool, y sus amigos invirtieron 125 euros en la compra de cubos de plástico y hielos para conservar frescas las 70 botellas de cerveza con las que esperan celebrar el título de su equipo.

"Dedos cruzados, porque con el sol, el alcohol y una derrota, esto puede degenerar en problemas muy rápidamente", afirma este aficionado, que espera que no se produzcan incidentes.

Marcados a fuego por el drama de Heysel en Bélgica - 39 muertos en 1985 - los aficionados de la antigua ciudad industrial británica han logrado liberarse de la reputación de ser unos hooligans realmente problemáticos.

Y a cuatro horas del pitido inicial el ambiente era plácido y festivo.

Por precaución, la Prefectura de policía de París desplegó sin embargo 6.800 efectivos, entre gendarmes, policías y bomberos.

París no recibía tantos aficionados al fútbol desde la Eurocopa-2016. Cada uno de los dos equipos contará en principio con 20.000 aficionados con entrada para el estadio, según el reparto oficial equitativo de la UEFA.

Rohan Sood, de 22 años, que ha venido desde Londres junto a un grupo de amigos, afirma estar transportado por "el ambiente de locura": "en cualquier sitio al que vayamos se ven Reds, incluso sin entradas, esto merece realmente la pena".

"Sol, cervezas frescas, todos nuestros amigos alrededor, una gran pantalla chula: ¿qué más se puede pedir? ¡Gracias París por esta acogida calurosa!", lanza Henry Coyle, de 52 años, procedente de Belfast.

"Yo siempre he apoyado al Liverpool, un club con alma", dice a la AFP Tomas Piatraszkiewicz, de 43 años, de Bournemouth, en el sur de Inglaterra, para el que Jurgen Klopp es "el mejor entrenador del mundo y alguien de bien".

Ambiente parecido unos kilómetros más al norte, en el parque de la Legión de Honor en Saint-Denis: miles de túnicas blancas del Real Madrid, salpicadas por el rojo y oro de la bandera española.

Diferentes grupos bailan al son de la música, otros descansan tumbados sobre la hierba del recinto. Antes de entrar en la 'fan zone', los aficionados tuvieron que tirar sus latas de bebida y sus bolsas y mochilas fueron registradas.

Un padre, panadero retirado, y su hijo, Mariano Brasal de 66 años y Diego Brasal, de 37, han llegado a París la misma mañana del partido, y tomarán un avión de regreso por la noche.

Padre e hijo ya habían viajado hasta Cardiff en 2017 para la final Juventus - Real Madrid ganada por los madrileños. "Estoy muy tranquilo, pensamos que el Real Madrid va a ganar. El Real Madrid tiene mucha suerte", explica, confiado, el padre.

Ferviente aficionada al Real Madrid desde hace tres décadas, Adelina Lete se siente "pletórica porque es la tercera final, venimos siempre mi hijo y yo".

Manuel de Lorenzo, empresario madrileño de 43 años, vigila a su hijo de siete, que juega al balón con otros niños.

Se siente un afortunado por haber sido agraciado con entradas en un sorteo entre los socios del club. "El Liverpool es un muy buen equipo pero podemos ganar. Es muy difícil ganar una final pero está en nuestro ADN", lanza mientras alrededor suena el himno del Real Madrid.

afp/livefutbol