La temporada pasada fue una de las peores del PSG bajo el mando catarí y dejó marcas que el regreso de Leonardo como director deportivo no ha borrado completamente. Del caso Neymar a la gestión de los arqueros, el dirigente brasileño le queda una ardua tarea de reconstrucción.

Este verano (boreal), Neymar se perdió la Copa América por lesión y se reincorporó a los entrenamientos de su equipo una semana más tarde. Además, aseguró en una entrevista que su mejor recuerdo como jugador fue la famosa remontada del Barcelona al PSG, un episodio que aún duele en la capital parisina.

Los vaivenes del astro brasileño han agitado de nuevo al club, pero el desenlace podría estar próximo: Neymar manifestó su deseo de regresar al Barcelona. "Todos tenemos claro que quiere marcharse", admitió Leonardo en el diario Le Parisien.

El caso Neymar es complicado de gestionar para Leonardo. Por un lado, si traspasa a su compatriota, deberá hacerlo por un precio acorde a los 222 millones de euros que el PSG pagó al Barcelona en 2017 y con ese dinero fichar a un recambio de garantías.

Por el otro, debe hacer frente a los cambios de humor de Neymar, preservando la unidad del vestuario y la imagen del club. Si 'Ney' finalmente se quedase, la tarea sería la de cicatrizar las heridas abiertas este verano, sobre todo de cara a los hinchas, aunque el talento descomunal del brasileño podría hacerlo más fácil.

La cuestión de la titularidad en el arco ha sido recurrente en las últimas temporadas. Tras un año de alternancia entre Gianluigi Buffon y Alphonse Areola, el regreso del italiano a la Juventus juega a favor del francés como titular indiscutible.

El traspaso definitivo del alemán Kevin Trapp al Eintracht de Fráncfort va también en ese sentido... salvo que el club se ha quedado sin un relevo de garantías.

Leonardo deberá decidir en las próximas semanas entre fichar a un número 1 indiscutible, que según la prensa podría ser el milanista Gianluigi Donnarumma, o buscar un suplente para Areola... teniendo en cuenta que el nivel del francés tampoco genera unanimidad.

La sustitución de Antero Henrique por Leonardo en la dirección deportiva no tuvo continuación en el banquillo, por lo que el dirigente brasileño tiene que trabajar con Thomas Tuchel, un entrenador que no ha elegido.

El alemán renovó en mayo por una temporada más, hasta 2021, pero eso fue antes del nombramiento de Leonardo, por lo que un cese a lo largo del curso, si las cosas no van bien, no se puede descartar. De ello puede dar fe Antoine Kombouaré, despedido por el dirigente brasileño en diciembre de 2011 cuando el equipo era líder de la Ligue 1.

Un único objetivo: la Champions

Tras una agitada primera temporada, marcada por la humillante eliminación en octavos de la Champions por el Manchester United, el extécnico del Dortmund no tiene margen de error. Por el momento la cohabitación funciona, reforzada por unos fichajes al gusto del entrenador y la conquista del Trofeo de los Campeones. ¿Seguirá así el resto del curso?

Además de en el primer equipo, Leonardo también tiene que pensar en la academia de formación parisina, que en el final de la era Henrique vivió momentos convulsos, como la marcha de Thiago Motta, que entrenaba al equipo juvenil, o la de Bertrand Reuzeau, director general del centro de formación o la desaparición del equipo filial.

El club clarificó la situación a comienzos de julio haciendo pública la nueva organización, con un dúo para dirigir el equipo juvenil formado por Stéphane Roche y Vincent Guérin. Falta por saber cómo funcionará.

Leonardo tendrá otra tarea: el traslado de las instalaciones del club. En julio, el club obtuvo los permisos para construir su futuro centro de entrenamiento y formación en Poissy (oeste de París), a 10 minutos del Camp des Loges, donde la gran ambición del PSG choca con las exiguas instalaciones locales.

Las obras deben comenzar en la primavera de 2020 y la inauguración está prevista para el verano de 2022. Leonardo deberá supervisar los avances de este proyecto que debe acompañar al desarrollo del club.

afp/livefutbol