El capitán del Real Madrid, Sergio Ramos, ha querido salir al paso de la controversia que se ha generado tras la tarjeta amarilla que vio en la ida de octavos de Champions frente al Ajax. El sevillano aclara que nunca quiso forzar la cartulina para perderse la vuelta en el Santiago Bernabéu, y que en sus declaraciones posteriores se refirió a forzar "una falta que era inevitable".

Sergio Ramos ha dado la cara en una entrevista a los compañeros del diario 'Marca' para intentar zanjar la polémica generada tras su amarilla ante el Ajax en la ida de octavos de la Champions. El capitán blanco espera que el expediente que ha abierto UEFA y que podría acabar en sanción de dos partidos por buscar la amonestación se cierre sin castigo.

"Me sorprende mucho todo esto. Yo me refería a forzar la falta, una falta que era inevitable; no a forzar la sanción", declaró el camero tras ser preguntado respecto al revuelo. A lo que añadió: Si yo hubiera querido forzar una sanción, pude haberlo hecho en la fase de grupos, en el partido contra la Roma porque ya estábamos clasificados como primeros de grupos y el último partido, contra el CSKA, era intrascendente".

Con respecto a la acción, que finalizó con el colegiado mostrándole la cartulina, el defensa sevillano se mostró inamovible: "No tuve alternativa. Era un contragolpe muy peligroso en el minuto 88, con un partido abierto y la eliminatoria también. Por eso dije que mentiría si dijera que no sabía que acarreaba sanción, del mismo modo que sabía que no tenía otra opción que hacer la falta. Y a eso me refería cuando dije que en el fútbol hay que tomar decisiones complicadas".

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