27.06.2014 20:58 h

Grecia: hacer lo máximo con lo mínimo

Laboriosa y defensiva, Grecia no es la selección más glamurosa del Mundial brasileño, rico en goles de fantasía y buen juego. Pero logró clasificarse entre las 16 mejores y ahora amenaza a Costa Rica, con la que juega el domingo en Recife por un puesto en cuartos.

En este tipo de torneos -no en Brasil 2014- se ha dado el caso de equipos eliminados con seis puntos, dos victorias en tres partidos. Hay otros que alcanzan la fase de eliminación directa con cuatro puntos, una diferencia de goles negativa, un sólo tanto logrado en jugada y otro de penal, decisivo y en el descuento del último partido. Esa es Grecia.

Los helenos repiten la actuación de la Eurocopa 2012, cuando accedieron a los cuartos de final con cuatro puntos, tres logrados al ganar 1-0 contra Rusia en el último partido de la fase de grupos.

Pero su historia de sufrimiento comenzó antes de llegar a Brasil. Segunda en su grupo de calificación por detrás de Bosnia (ganador con un excelente balance de 8 victorias, un empate y una derrota; pero eliminada en Brasil) con sólo 12 goles logrados, consiguió el pase en la repesca ante Rumanía.

Eurocopa 2004

Pero, quizás, el ejemplo que ilustra de manera más clara el estilo griego sea la Eurocopa 2004, en la que lograron una de las mayores sorpresas de la historia del torneo al levantar la Copa en lo que fue un monumento al minimalismo, ganando casi siempre por 1-0. Aquel equipo lo dirigía el alemán Otto Rehhagel, ídolo en el país desde entonces, y uno de sus jugadores más destacados era el carismático goleador Angelos Charisteas.

Giorgos Karagounis y Kostas Katsouranis, supervivientes de aquel grupo 10 años después, son la garantía de la solidez y la bravura griega en Brasil-2014.

A la cabeza de la selección está el entrenador portugués Fernando Santos, aparentemente siempre de mal humor, salvo cuando se le escapa una sonrisa al hablar del juego defensivo de su equipo. "No puedo decir nada más, es una broma", dijo Santos tras lograr la clasificación ante Costa de Marfil (victoria 2-1) con un tanto de penalti muy dudoso marcado por Georgios Samaras en el último suspiro (90+3).

"En fútbol se ataca y se defiende. Sabemos defender bien, pero hoy hemos atacado constantemente, tuvimos un buen contraataque y creamos ocasiones", añadió el técnico.

Sin opciones ante la poderosa Colombia (derrota 3-0), sólida y combativa con Japón (empate 0-0) y oportunista y tácticamente superior contra los Elefantes, Grecia ha mejorado según ha transcurrido el torneo.

Capacidad de sufrimiento

Una vez más la primera fase ha mostrado su capacidad para seguir luchando a pesar de las adversidades. Ante Japón sufrió la expulsión de Katsouranis y contra Costa de Marfil se repuso a las lesiones del portero Orestis Karlezis y del centrocampista Panagiotis Kone antes del minuto 25.

Los griegos también han sobrevivido a un conflicto interno; la discusión con insultos entre Giannis Maniatis y Giorgios Tzavellas, con el antagonismo entre dos de los grandes clubes del país el Olympiakos del Pireo y el PAOK Salónica como fondo de la controversia.

Al parecer el origen del problema estuvo en la aparentemente insuficiente calidad de los centros de Tzavellas ante Japón. Según el diario The Guardian, Maniatis estaba tan furioso que incluso reservó un vuelo de regreso a Atenas. Cambió de opinión y el tiempo le ha dado la razón. Grecia sigue en la ruta, dispuesta a aguarle la fiesta a Costa Rica, uno de esos equipos que copan más portadas en Brasil.

afp