23.05.2016 13:48 h

Problemas de seguridad en el Estadio de Francia

La Eurocopa de Francia tendrá que mostrar al resto del mundo que será segura. (Foto: Getty)
La Eurocopa de Francia tendrá que mostrar al resto del mundo que será segura. (Foto: Getty)

Pese a una barrera de dos metros y un triple filtro de control, el dispositivo de seguridad alrededor del Estadio de Francia el sábado por la noche no resistió a la presión de los hinchas del Marsella y del París Saint-Germain, lo que alimenta inquietudes a tres semanas del inicio en el país de la Eurocopa de fútbol.

"Bajo tensión" para la final de la Copa de Francia, ganada por los parisinos el sábado (4-2), el "sistema cedió en un cierto número de puntos, a los que vamos a aportar soluciones", admitió el lunes Philippe Galli, prefecto del departamento de la periferia de París en el que se encuentra el popular Stade de France.

Cerca de 80.000 espectadores de los dos equipos rivales, cuyas hinchadas tienen la reputación de duras, asistieron a esa final. Era la situación ideal para poner a prueba la eficacia del dispositivo de seguridad excepcional desplegado en el Estadio de Francia con vistas a la Eurocopa (10 de junio-10 de julio), seis meses después de los atentados del 13 de noviembre en París.

Lamentablemente, los botes de humo y los principios de incendio en las tribunas, en las que se encontraron también cascos de moto, botellas de vidrio y tubos de plástico, revelaron fallos en ese dispositivo. "Debimos hacer frente a un agrupamiento masivo en una de las puertas de entrada", lo que provocó un movimiento de multitud que sobrepasó a las fuerzas del orden, explicó Galli el lunes.

Otros problemas aparecieron en el registro de los espectadores, que "no se hizo sistemáticamente y no de la misma manera en todos lados", y en la introducción de objetos por los hinchas pasándolos por encima del muro circundante. Esos fallos contradicen los objetivos afirmados: "Nadie entra al estadio sin ser registrado de pies a cabeza", aseguró el prefecto antes del partido, al presentar este dispositivo alrededor del estadio en el que tuvo lugar uno de los ataques de noviembre.

Barrera supuestamente inexpugnable

Esa confianza se basaba en medidas drásticas y sin precedentes: una barrera de dos metros de altura con cuatro entradas controladas por las fuerzas del orden, y tras ella dos filtros suplementarios con control de las entradas y registro de las personas por agentes de firmas privadas.

Tras los fallos constatados el sábado, el ministro del Interior, Bernard Cazeneuve, convocó el domingo a los representantes de Federación Francesa de Fútbol y a los organizadores de la Eurocopa-2016 para que asistieran a una reunión el lunes destinada a "examinar muy precisamente las condiciones en las que el partido del sábado se desarrolló y recordar a cada cual sus obligaciones" antes de la Eurocopa, según el ministro.

El blanco principal de las críticas son los embotellamientos creados el sábado en las cuatro entradas, verdaderos "cuellos de botella", según el diputado del departamento Jean-Christophe Lagarde, que pidió el lunes que se "revise absoluta y totalmente" el dispositivo de seguridad.

"Comprendo que se quiera evitar que haya gente que entre con armas, pero cuando se produjeron los atentados nadie entró con armas ni con bombas. Al crear esos cuellos de botella, se aglutina a miles de personas, y si hay una bomba humana en una de esas cuatro puertas de entrada, hay que imaginar el pánico", argumentó el diputado. "El dispositivo será recalibrado" después de analizarse los fallos, prometió el prefecto.

Siete partidos de la Eurocopa-2016 serán disputados en el Estadio de Francia, incluyendo el de apertura, que opondrá el 10 de junio a Francia con Rumanía, y la gran final del 10 de julio. Otra cuestión candente es la seguridad de las 'fans-zones' que acogerán a siete millones de visitantes en las diez ciudades en las que se disputará la Eurocopa. La de París, en la explanada del Campo de Marte, frente a la torre Eiffel, podrá recibir hasta 92.000 personas.

"Salvo amenaza particular serán mantenidas", afirmó el primer ministro Manuel Valls. "Necesitamos vivir, de lo contrario se impone el miedo" y el miedo "es la victoria de los terroristas", dijo.

afp/livefutbol