México derrotó el domingo 2-1 a Estados Unidos en Houston (Texas) y defendió su corona de la Copa Oro de la Concacaf, en una inyección de optimismo antes de hospedar el Mundial de 2026.

El equipo estadounidense, dirigido por el argentino Mauricio Pochettino, se adelantó en el marcador con una diana de Chris Richards en el minuto 4 antes de que México comenzara su remontada con un tanto de Raúl Jiménez en el 27.

Dominador absoluto del juego, México selló el triunfo con un cabezazo de Edson Álvarez en el minuto 77 que desató el júbilo entre los 70.925 espectadores del NRG Stadium, en su inmensa mayoría mexicanos.

La afición del Tri festejó a lo grande este triunfo en territorio estadounidense, donde una parte de la comunidad mexicana convive con temor a la campaña masiva de redadas ordenada por el presidente Donald Trump.

Bajo la dirección de Javier Aguirre, la escuadra azteca agrandó su dominio del principal torneo de la Concacaf con una décima corona mientras Estados Unidos, su archirrival regional, se mantiene con siete.

Para ambas selecciones, esta Copa Oro era la última competencia antes de que hospeden la Copa del Mundo de 2026 junto a Canadá.

México, que en marzo ya conquistó la Liga de Naciones de la Concacaf, terminó el ciclo con buena nota ganando por primera vez a su vecino del Norte en un partido oficial desde 2019.

México partía como gran favorito al triunfo en esta Copa Oro ante las sensibles ausencias del 'Team USA', que no contó con Christian Pulisic ni el resto de sus principales figuras.

"Éramos favoritos y cumplimos con la encomienda", sentenció el 'Vasco' Aguirre, que consideró que México recuperó un "lugar preponderante" en la región frente al avance de selecciones como Estados Unidos, Canadá o Panamá.

"Nos da energía y confianza para el futuro (...) El Mundial va a ser la prueba de fuego", reconoció.

Del lado estadounidense, la derrota incrementa la presión sobre Pochettino, que luce un gris expediente desde que fue contratado de urgencia tras el fracaso en la Copa América del año pasado.

"Necesitamos a los aficionados. Tenemos un año para darnos cuenta de lo importantes que son", dijo el entrenador argentino sobre la inferioridad en las gradas que tuvieron el domingo y en la semifinal ante Guatemala.

"Hicimos un buen torneo pero creo que habría sido diferente si hubiéramos tenido a nuestra gente apoyándonos", expuso Pochettino, que clamó contra varias decisiones arbitrales que atribuyó a la presión ambiental.

La octava final de la Copa Oro entre México y Estados Unidos se celebró en un estado de Texas donde todavía sigue la búsqueda de desaparecidos por las recientes inundaciones, que causaron al menos 78 fallecimientos.

En menos de cuatro minutos, los locales se adelantaron en el marcador en una falta colgada al área por Sebastian Berhalter.

El centro del hijo de Gregg Berhalter, predecesor de Pochettino en la selección, llegó directo a la cabeza del central Chris Richards, cuyo remate impactó en el travesaño y picó dentro del arco mexicano.

El Tri tardó unos minutos en encajar el golpe anímico pero después se apropió del juego animado por el descaro de Gilberto Mora, la perla de 16 años a la que Aguirre entregó la titularidad.

El dominio azteca tuvo premio antes de la primera media hora cuando Marcel Ruiz filtró un pase para la irrupción en el área de Jiménez que, en una media vuelta letal, engatilló un zurdazo a la escuadra.

En su festejo, el veterano ariete homenajeó a Diogo Jota, su excompañero en el Wolverhampton, que falleció el jueves en un accidente de tráfico.

El atacante del Fulham recibió una camiseta del delantero portugués e imitó su clásica celebración, sentándose en el césped y simulando jugar un videojuego.

"Era un gran amigo y un gran compañero", dijo Jiménez. "Esto es también para él porque, desde dónde esté, sé que estaría muy feliz por nosotros".

El gol decisivo llegó en un tiro de falta desde la banda izquierda que Johan Vásquez peinó hacia el área pequeña y Edson Álvarez remachó de cabeza a boca de gol.

El gol fue anulado en un primer momento por fuera de juego pero, tras una tensa espera, el VAR lo validó en medio de una explosión de alegría de las gradas.

El capitán mexicano tuvo así una revancha personal después que un año atrás, en ese mismo escenario, sufriera una lesión en el debut en la Copa América que lo apartó del resto del torneo.

"Desde que llegué a Houston pensaba en aquel desgarro", relató el mediocampista del West Ham. "Yo sólo le pedí a la vida que me regalara una alegría más".

afp/livefutbol