El sueño europeo, pesadilla para africanos

Sobre los terrenos bacheados y de tierra en Abiyán, decenas de jóvenes sueñan con cambiar sus balones desinflados y unirse a un gran club europeo: víctimas de agentes sin escrúpulos, muchas veces la búsqueda del paraíso europeo se convierte en una pesadilla.
"Cuando vi a nuestra selección traer la Copa África de Naciones en febrero, me dije '¿Por qué yo no?'". Con sus bermudas de flores y sus dos teléfonos móviles, Christian Nougbele ya cumple con el estereotipo de futbolista profesional. "Jugar la Liga de Campeones en Europa". Esta frase sale sin cesar de la boca de este larguirucho centrocampista de 23 años.
El 6 de junio, Christian, que encadena partidos en la tercera división de Costa de Marfil, tuvo que contentarse con ver la prestigiosa final del torneo europeo por la televisión. Detrás de él, Issa Koné, un coloso de un 1,90 metros, suspira. "Les debemos decir la verdad. Si no han logrado dar el salto con 25 años, no lo conseguirán jamás...", explicó este educador que forma a un centenar de jóvenes en el Instituto Cissé, una escuela de fútbol ubicada en el corazón de Yopougon, un barrio pobre de Abiyán.
Inspirado por la academia del francés Jean-Marc Guillou, que ha modelado a muchas estrellas marfileñas, el Instituto Cissé, creado en 2007, acoge a los jugadores de forma gratuita y trata de protegerles de que se equivoquen en busca de sus sueños europeos. Financiado por Souleymane Cissé, un exfutbolita marfileño que ahora es ayudante en el Mónaco, la escuela logró construir un terreno con las dimensiones reglamentarias.
Después de un camino de tierra, frente a una laguna, este gran campo lleno de hoyos, rodeado de palmeras y árboles de caucho, sirve como estadio de entrenamiento para el equipo. Desde la crisis político-militar que azotó Costa de Marfil en 2010-2011, el césped "venido de Europa" es cada vez más raro. "Costa de Marfil no tiene buenas infraestructuras, y las condiciones de juego son malas. Si te lesionas aquí, no estarás bien atendido", se lamentó Koné.
Jugadores que desaparecen
A su lado, el entrenador Yao Komenan, regresó de Túnez, donde pasó siete meses ayudando a los jugadores africanos abandonados por los comerciantes de sueños sin escrúpulos. "Sus agentes les prometieron llegar a Europa vía Túnez, pero una vez allí, desaparecieron", explicó el técnico de 42 años. "Los chicos ni siquiera tienen el dinero suficiente para volver a su país, están completamente abandonados", añadió, recordando que van persiguiendo su sueño "atravesando el Mediterráneo".
Sidick Camara lo intentó. Este centrocampista de 20 años pasó cinco meses en los equipos de formación del Coimbra, de la primera división portuguesa. "Me di cuenta que no era fácil", recordó el jugador que ahora juega en el campeonato amateur marfileño. "Hacía frío, la comida era diferente, el idioma también era una barrera. Estábamos cuatro africanos a prueba, ninguno nos quedamos", lamentó, molesto.
Detrás de los éxitos de la selección nacional, el fútbol de Costa de Marfil, sin recursos y sin ambición, no es suficiente para los jóvenes jugadores. El salario medio de un futbolista de primera división no sobrepasa los 230 euros y el nivel del campeonato sigue siendo bajo. Los clubes marfileños no ganan un trofeo continental desde 1999.
Europa no es el paraíso
Aprovechándose de esta situación, los numerosos agentes más o menos oficiales rodean los terrenos de juego y abusan de la credulidad de la familias. "Les prometen un contrato en Europa, sin siquiera preocuparse por el nivel del jugador. Están para tomar el dinero y desaparecer", contesta el entrenador Yao Komenan. "En Túnez, la mayoría de los jugadores no tenían nivel para jugar en Europa", recuerda.
"Los jugadores piensan que pueden jugar mañana ante el Real Madrid o el Barcelona", añade Alfred Obou, un agente que envió a Europa a internacionales como Cheick Tioté o Kader Keita. "Así que, hay agentes que se aprovechan y les hacen creer y soñar", se lamenta, no sin recordar que grandes estrellas como Didier Drogba o Yaya Touré "comenzaron en equipos de segunda fila antes de explotar".
A pesar de su primer fracaso en Portugal, Sidick todavía se aferra a la idea de tener una gran carrera en el Viejo Continente. "Europa no es necesariamente el paraíso. ¿Pero, dónde se encuentra?", se pregunta mirando al horizonte.
afp/livefutbol