San Lorenzo de Argentina celebró el miércoles su noche de gloria al alzar por primera vez en su historia la Copa Libertadores de América con una dramática victoria por 1-0 de penal frente a Nacional de Paraguay, un duro rival que luchó con dinamismo e inteligencia.

El gol del triunfo anotado desde los doce pasos por el volante Néstor Ortigoza a los 36 minutos no reflejó el desarrollo por el dominio territorial y de control del juego que ejerció durante casi todo el encuentro la escuadra guaraní tricolor.

"Esto es emocionante, pusimos todo dentro de la cancha", dijo Ortigoza en el estadio Nuevo Gasómetro, donde más de 40.000 almas deliraron, cantaron, lloraron y se abrazaron en las tribunas con la conquista de uno de los grandes del fútbol argentino.

Apodado El Ciclón, Los Cuervos o Los Santos, el club tuvo que esperar 54 años para ganar el trofeo luego de haber sido eliminado en semifinales de la primera edición de 1960. "El equipo estuvo trabado por los nervios, por la tensión en el primer tiempo, pero luego fueron recuperando el control", dijo el DT sanlorencista, Edgardo 'Patón' Bauza, quien ya fue campeón de la Copa en 2008 al frente de la Liga ecuatoriana.

La Copa para el Papa

En el partido de ida en Asunción empataron 1-1. El público argentino despidió a los tricolores con sonoro aplauso. La consagración de San Lorenzo le reserva un lugar en el Mundial de Clubes de la FIFA que se disputará en Marruecos en diciembre.

Su hincha más famoso, el papa Francisco, había dicho este miércoles antes del partido que "hoy es un día especial". "La semana que viene le llevamos la Copa al Papa", dijo el vicepresidente del club, el empresario y animador de TV Marcelo Tinelli.

'Nacional Querido', como se lo conoce en su país, no sólo producía los mejores impactos ofensivos con un zurdazo estrellado en el palo por Derlis Orué, dos remates amenazadores de media distancia de Silvio Torales y dos tiros libres en forma de centro de Marcos Riveros al corazón del área que exigieron al guardameta Sebastián Torrico.

Fuerte presión del Nacional

El equipo asunceño sorprendió con una fuerte presión sobre la salida desde el fondo de los sanlorencistas e impuso un vértigo de ataque con Fredy Bareiro y Marcos Melgarejo como pesadillas para los centrales Mauro Cetto y Santiago Gentiletti.

El arquero argentino de Nacional, Ignacio Don, no había casi tocado una pelota cuando Ortigoza lo engañó en la dirección del remate desde los doce pasos con la cara interna del botín derecho. Helado se quedó Nacional cuando el árbitro brasileño Sandro Ricci tuvo que marcar sin remedio el penal que Ramón Coronel cometió con infantil movimiento al levantar el brazo donde rebotó un tiro débil de Martín Cauteruccio.

Pagó caro el error un equipo que controlaba con Julián Benítez y Orué las proyecciones ofensivas de los laterales de Julio Buffarini y Emmanuel Mas, mientras que Leonardo Cáceres y Raúl Piris anulaban a los artilleros Cauteruccio y Mauro Matos. Juan Mercier y Ortigoza ponían orden en las primeras puntadas, pero San Lorenzo extrañó la forzosa ausencia de Ignacio Piatti, su jugador desequilibrante que se marchó a jugar al fútbol de Estados Unidos.

La posesión fue paraguaya

Se lo devoraban los nervios al Ciclón, que tampoco lograba que le tomara la mano al partido Leandro Romagnoli, el único hombre capaz de tomar el timón en la función de Piatti. Nacional mantuvo su manejo estratégico con la posesión de la pelota en la segunda fase, sostenido por la faena de los gladiadores que recuperaban la pelota.

Polémica al menos fue una jugada en la que Bareiro cae dentro del área pero Ricci lo retó por entender que simuló. Fue el mismo Bareiro que después tuvo a su merced a Torrico pero remató por arriba del travesaño. No se desinflaba la intensidad de Nacional y el DT Gustavo Morínigo ensayó el cambio de Brian Montenegro por Orué para ganar más poder de fuego.

San Lorenzo rompió el hechizo que duraba desde que fue el primer equipo argentino en jugar la Copa de campeones sudamericano y fue eliminado en semifinales.

afp