Sergio Ramos ha comparecido junto al presidente del Real Madrid, Florentino Pérez, para decir al club cuya camiseta ha defendido desde los 19 años. 16 temporadas que ya son historia del equipo merengue que hoy despide a uno de sus ídolos.

671 partidos, 101 goles, cuatro Champions, cuatro Mundiales de Clubes, tres Supercopas de Europa, cinco Ligas, dos Copas del Rey y cuatro Supercopas de España más tarde, el capitán blanco se despide tras no alcanzar un acuerdo para renovar su contrato, que acababa el 30 de junio.

"Esto más que un hasta siempre es un hasta luego porque volveré", así de tajante se ha despedido Sergio Ramos entre lágrimas en una despedida que ha contado con su familia al completo como testigos de excepción de un día que como el sevillano mismo ha declarado: no quería que llegase nunca.

Y menos en estas circunstancias tan peculiares que rodean al fútbol, como a cualquier otro ámbito de la vida, con una pandemia amenazando a todo el planeta que ha provocado que el acto tuviera algo de descafeinado. "Me hubiera gustado despedirme en nuestro estadio, en el Santiago Bernabéu". 

Pero el central andaluz ha querido también dejar un mensaje claro: no se retira porque su hambre aún no está saciada. "Se abre una etapa de ilusión y de futuro con muchas ganas de querer demostrar mi mejor nivel muchos años y de poder añadir a mi palmarés algún título más".

Florentino Pérez dijo que para él "no es un día fácil", y rindió homenaje a un jugador que llegó del pueblo sevillano de Camas "con una fuerza descomunal" y ahora ha quedado para la historia como "una de las grandes leyendas del Real Madrid".

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