10.12.2018 09:30 h

La celebración de los hinchas de River en Madrid

Miles de seguidores del River Plate inundaron la Puerta del Sol de Madrid para celebrar la Copa Libertadores ganada a su némesis Boca Juniors, en una fiesta sin incidentes, aunque para algunos la experiencia fue agridulce por estar lejos de casa.

"La final tenía que haber sido en Buenos Aires, acá solo estamos los que pudimos pagar el viaje", dijo a la AFP Florencia Roveta, una abogada de 29 años que llegó desde Buenos Aires a la capital española junto a su hermano menor para el partido disputado este domingo en el estadio Santiago Bernabéu.

"Es injusto, tuvimos que jugar en un estadio que compartimos con los hinchas de Boca, pero lo importante es que ganamos y somos campeones", señaló Roveta, en referencia a que la revancha de la final debió jugarse en el Monumental de River el 24 de noviembre, pero se suspendió por hechos violentos.

Antes de volver a la capital argentina la tarde del lunes, Roveta participó en las celebraciones en la Puerta del Sol, donde los hinchas con camisetas y bufandas de River saltaban al ritmo de los tambores mientras cantaban "Dale, dale, campeón".

"Todavía no caigo, voy a tener que volver a ver el partido al volver a Buenos Aires para terminar de creérmelo", señaló Marcelo Ferrero, de 37 años, quien también se desplazó a Madrid desde la capital argentina para ver el partido, que ganó River 3-1 a su archirrival Boca.

Ferrero lamentó que esta cuarta Copa Libertadores la hayan ganado los "Millonarios" fuera de casa. "Ha sido la final más icónica de la historia del fútbol argentino y no se jugó allá", señaló. "Pero valió la pena, porque además conocí el Bernabéu", agregó.

Sin incidentes

Las celebraciones discurrieron bajo la estrecha vigilancia de los cuerpos de seguridad, que este domingo desplegaron en Madrid más de 4.000 policías y agentes privados para garantizar la seguridad. Pero ya desde días anteriores operó el dispositivo de seguridad especial en la capital española, que recibió en los últimos días a miles de argentinos, residentes en su país o en el extranjero, que no quisieron perderse el encuentro. En definitiva y pese a los temores, no se registraron incidentes.

Para muchos, que el partido haya sido jugado en la capital española fue una oportunidad para ver a su equipo favorito. "Al comienzo tenía una sensación de que nos habían quitado algo, pero fue una experiencia que salió bien y es un ejemplo de cómo deben hacerse las cosas, sin violencia", dijo en la Puerta del Sol Fabio Lozua, quien vive en Madrid desde hace 18 años.

Lozua, de 52 años, iba acompañado de su hijo Mateo, de 3, quien vestía una camiseta de River firmada por los jugadores cuando el equipo ganó la Libertadores en 2015. "Ya fue campeón dos veces", celebró señalando a su pequeño hijo, acostado en un coche.

Cerca de donde se encontraba Lozua, varios seguidores de River se subieron a la estatua del Oso y el Madroño, símbolo de la Puerta del Sol, para agitar banderas del River, mientras se dejaban escuchar cánticos de burla hacia el archirrival de los "millonarios", el Boca Juniors. "Un minuto de silencio...shhh, para Boca que está muerto", coreaban.

Vistiendo camiseta y bufanda rojiblancas, Janet Romero, una empleada doméstica en Madrid de 33 años, dijo sentirse muy contenta porque al celebrar se sentía "representante" de sus seis hermanos, repartidos por el mundo, todos hinchas de River Plate.

"Aunque no estemos en el Monumental, se celebra igual", estimó de su lado Diego Lirman, un profesor de 52 años residente en Miami que viajó con su hijo y bailaba al son de los tambores con una sonrisa en el rostro.

afp/livefutbol