El partido ante el Brujas, en el que ni estuvo convocado, ha sido la gota que colma el vaso de la paciencia del galés. No siente el respaldo necesario, ni por parte de Zidane, ni de la directiva blanca.

Unas semanas después del cierre del mercado estival en el que se rumoreó sobre la marcha de Gareth Bale del Real Madrid, el galés se ha hartado de la situación. A pesar de que el delantero quiso apostar por su continuidad a la órdenes de Zidane para demostrar su valía, eso se ha volatilizado a las primeras de cambio.

Según el periodista del diario 'AS', Guillem Balagué, Bale quiere marcharse el próximo verano en busca de más protagonismo sobre el campo. El detonante, cuenta el redactor, fue su exclusión en el último duelo de Liga de Campeones contra el Brujas en el que ni siquiera se sentó en el banquillo.

Bale no se siente respaldado ni por su técnico Zidane, ni por la cúpula directiva blanca, que ya le advirtió el pasado verano que el francés había tomado la decisión inequívoca de dejarlo salir del club. Aún queda mucha temporada y esta circunstancia podría cambiar, pero la decisión del atacante parece ser firme hoy día.

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