28.11.2016 19:50 h

Steaua-Dínamo, el superviviente al comunismo

Hinchas del Steaua de Bucarest en un duelo de Europa League. (Foto: Getty)
Hinchas del Steaua de Bucarest en un duelo de Europa League. (Foto: Getty)

A sus 87 años y a pesar del gélido frío previsto, Mircea Barbu será uno de los espectadores presentes el miércoles en el estadio para ver el Dínamo-Steaua de Bucarest, un derbi nacido bajo el comunismo, cuya rivalidad se mantiene pese a la caída del Muro y al marasmo en que se halla el otrora potente fútbol rumano.

Al igual que Mircea, decenas de miles de testigos directos estarán en el estadio Nacional, en el que el Dínamo, antiguo club del ministerio de Interior, recibirá a su eterno rival, nacido en el Ejército, en el clásico del fútbol rumano. "Es imposible precisar cuántos he visto", sonríe el octogenario, aficionado emblemático del Dínamo.

Aunque los tiempos gloriosos de ambos clubes han pasado ya, ambos conservan el interés en los dos partidos al año en que se ven las caras. "Los aficionados lo dicen todavía 'poco importa la clasificación, lo que cuenta realmente es ganar al Steaua o al Dínamo, y eso salva la temporada'", afirma a la AFP Helmuth Duckadam, exarquero del Steaua, legendario desde que detuvo cuatro penales seguidos en la final de la Copa de Europa de 1986 ante el FC Barcelona (0-0, 2-0 en los penales).

La rivalidad entre los dos clubes de la capital rumana está escrita en su ADN desde su fundación a finales de los años 40: sus enfrentamientos ponían salsa al campeonato de fútbol, una de las escasas diversiones permitidas por el poder comunista.

Más que un deporte

Ambos eran las prolongaciones sobre el césped de dos de las entidades más poderosas del Régimen, el ejército y el ministerio de Interior. El enfrentamiento vive su culmen en los años 80, cuando el hijo mayor del dictador Nicolae Ceausescu, Valentin, se convierte en el jefe del Steaua. Enfrente, el aficionado N.1 del Dínamo era Tudor Postelnicu, dirigente de la temida policía política, la Securitate.

"Durante la final de la Copa de Rumanía de 1988, luego de un gol del Steaua anulado por fuera de juego, Valentin Ceausescu ordenó al equipo que abandonase el terreno de juego", recuerda Ovidiu Ioanitoaia, director del periódico Gazeta Sporturilor. Unos días después la federación atribuyó el título a su club.

Pero los rencores no cicatrizaron con la caída de la dictadura comunista. En 1984, cuando el Steaua propuso devolver la Copa a su rival, éste la rechazó. Aún hoy, los ultras del Dínamo celebran cada año el 10 de mayo de 1997, fecha en la que prendieron fuego a la tribuna de la afición visitante en un derbi, calcinándola por completo.

Y los escasos traspasos entre ambos clubes no estuvieron exentos de polémica, recuerda Ioanitoaia: "el que cambia de un equipo a otro es considerado como un traidor". Esa idea nunca rondó por la cabeza de Ion Pircalab, extremo derecho del Dínamo en los años 60. "Jugué al menos 30 derbis contra el Steaua y siempre sentí lo mismo, la misma preocupación y la misma voluntad de ganar", desvela.

Números históricos

Si el Steaua cuenta con 26 títulos en su palmarés, por los 18 del Dínamo, este último se enorgullece de contar en 19 ocasiones con el mejor goleador de la temporada, cinco veces más que el club rojo y azul. En cuanto a los casos de corrupción, evasión fiscal y partidos amañados que sacudieron el fútbol rumano desde la vuelta de la democracia, los dos clubes se reparten la responsabilidad con el encarcelamiento de responsables de ambos.

El Dínamo, que no conquista el campeonato desde 2007, es sexto en la actualidad, y ha pasado por momentos de precariedad económica. Pero la situación es aún más dramática para el Steaua. Aunque lidera la clasificación, el vigente subcampeón perdió su histórico estadio por un litigio con el ministerio de Defensa, su antiguo propietario.

Una afrenta que no perdonan algunos de sus aficionados, que realizan huelga de animación. "Toda mi vida ha girado en torno al Steaua, todo lo que importaba era apoyar al equipo, aunque no acudiese a exámenes o perdiese trabajos", desvela uno de sus líderes, de 40 años, antes de añadir: "Y el 90% de mi pasión la vivía en los partidos ante el Dínamo, nuestros verdaderos rivales".

afp/livefutbol