29.06.2025 04:41 h

Chelsea reina en el caos ante Benfica y sigue adelante

En un trepidante inicio de los octavos de final del Mundial de Clubes, el Chelsea derrotó 4-1 al Benfica en la despedida del argentino Ángel Di María y el Palmeiras venció 1-0 al Botafogo en un duelo completamente brasileño.

Londinenses y paulistas, que prevalecieron en sendas prórrogas, se verán las caras en los cuartos de final el viernes en Filadelfia.

Ángel Di María, en su último partido antes de volver a su adorado Rosario Central, lideró una conmovedora reacción del Benfica que se quedó muy cerca de arruinar una clasificación cantada del Chelsea.

La escuadra inglesa se puso por delante en Charlotte en el minuto 64 con un astuto libre directo desde el lateral de Reece James, que disparó directo al arco cuando el portero Anatoli Trubin aguardaba un centro.

A sólo cinco minutos del final, el árbitro interrumpió el juego por la llegada de una tormenta eléctrica al estadio Bank of America.

Siguiendo los protocolos del deporte estadounidense, el partido estuvo detenido durante casi dos horas. Los escasos espectadores que resistieron hasta la reanudación se vieron recompensados con grandes dosis de inesperado drama.

El Benfica, ya desesperado en tiempo de descuento, encontró un penalti salvador en una falta botada por Di María.

El Fideo colgó la pelota al área londinense para su compatriota Nicolás Otamendi, cuyo cabezazo fue rechazado con la mano por el francés Malo Gusto.

El propio Di María convirtió la pena máxima en el minuto 90+5 y envió el partido al tiempo extra, aupándose él mismo al primer lugar de artilleros del Mundial con cuatro dianas.

Dos minutos después del inicio de la prórroga, las esperanzas del Benfica sufrieron un gran golpe con la expulsión por segunda tarjeta amarilla del joven argentino Gianluca Prestianni.

Aún así el conjunto lisboeta dispuso de claras ocasiones al contragolpe. Los Blues, que nunca dejaron de buscar el triunfo, recuperaron el control en el 108 con un dramático gol del francés Christopher Nkunku, que remachó un rechace del arquero a un disparo del ecuatoriano Moisés Caicedo.

Tras este mazazo, las Águilas bajaron las alas y el Chelsea sentenció el pase mediante el portugués Pedro Neto (114) y el británico Kiernan Dewsbury-Hall (117).

"Duele mucho", admitió el técnico del Benfica, Bruno Lage. "No hay juegos ni derrotas fáciles de aceptar".

Enzo Maresca, en su turno al micrófono, desplegó una larga lista de agravios contra el arbitraje y la organización del torneo.

"El penalti viene de un tiro libre que no es falta", denunció el entrenador del Chelsea antes de arremeter contra la interrupción preventiva del partido por riesgos climáticos, la sexta registrada en el torneo.

"Para mí, personalmente, esto no es fútbol (...) Creo que es una broma", clamó el exjugador italiano. "Puedo entender que, por motivos de seguridad, haya que suspender un partido. Pero si se suspenden siete u ocho partidos, eso significa que probablemente este no sea el lugar adecuado para celebrar esta competición".

El Mundial de Clubes se adentró en la ronda de los octavos de final, que deparará dos partidos diarios hasta el martes, con un primer duelo fratricida entre Botafogo y Palmeiras, que salió vencedor por un ajustado 1-0.

El Verdão fue el que más apretó en un juego muy trabado en el Lincoln Financial Field de Filadelfia, pero tuvo que esperar hasta el minuto 100 para perforar el arco de Botafogo en una gran acción individual de Paulinho.

Acelerando desde la banda derecha, el expunta del Bayer Leverkusen se coló por en medio de dos defensores y despistó al portero John, hasta entonces la figura del partido, con un zurdazo raso al palo contrario.

Este destello de clase desatascó un partido que esperaba más de la joya Estêvão, que se verá en cuartos con el Chelsea, su futuro club.

Botafogo, con 20 minutos por delante, no encontró el gol que forzara la tanda de penales ni siquiera al verse en superioridad numérica por la expulsión del capitán paraguayo Gustavo Gómez, que vio una segunda tarjeta amarilla en el 116.

El Verdão se cobró así revancha de los cariocas por la eliminación en octavos de la pasada Libertadores y marcó el camino a los otros dos representantes brasileños en la ronda de los 16 mejores.

Flamengo y Fluminense tratarán de seguir sus pasos frente a dos potencias europeas, el Bayern de Múnich y el Inter de Milán.

El programa del sábado sirvió también de aperitivo para un domingo de grandes emociones. Lionel Messi, al frente del Inter Miami, se reencontrará con el PSG, su anterior equipo, y con Luis Enrique, quien lo dirigió en el Barcelona, mientras el Flamengo perseguirá el gran bombazo del torneo frente al Bayern de Múnich.

afp/livefutbol