Olivier Giroud, convincente y eficaz en los tres partidos disputados por la selección francesa antes del Mundial de Brasil, se ha ganado el puesto en el trío de atacantes del once que debutará el domingo contra Honduras en Porto Alegre.

"Sí, seguro". Giroud responde rápido y sin rodeos cuando se le pregunta si cree que merece ser titular en el primer partido de los Bleus. "Sería decepcionante. Estoy contento de mis partidos de preparación. Me siento en forma, muy positivo, y aspiro a tener minutos de juego", añade el delantero centro del Arsenal.

Franco a la hora de hablar de sus posibilidades, Giroud se define como "ambicioso" cuando restan sólo unas horas para jugar su primera Copa del Mundo. Fue en octubre de 2012 con un gol salvador en el tiempo del descuento contra España, que propició un empate a 1-1 en Madrid cuando las selecciones vecinas peleaban por la primera plaza en el grupo de clasificación mundialista, el momento en el que Giroud comenzó a cambiar la jerarquía en el seno de los Bleus.

La crisis de Karim Benzema

Entonces Karim Benzema, la gran estrella del ataque francés en los últimos años, pasaba su mayor crisis como internacional, sin confianza y sin ver portería durante una larga racha de partidos. Giroud empezaba a ganar minutos de juego y titularidades, pero no se sentía un indispensable. Tras un doblete en un amistoso contra Australia en octubre, cuando el seleccionador Didier Deschamps dudaba entre él y Benzema, el antiguo delantero del Montpellier ya habló claro.

"No quiero pasar por alguien que se queja cuando no está contento. Es legítimo decir que tengo necesidad de jugar más", dijo. Luego llegó la repesca para el Mundial contra Ucrania, cuando Giroud mostró su cara más inofensiva en la ida (derrota por 2-0) mientras que su competidor, alineado de entrada en la vuelta, se mostró decisivo para la clasificación con un gol (victoria por 3-0).

La ausencia de Ribery ayuda

Parecía que Benzema renacía de su cenizas, nuevamente goleador ante Holanda (2-0) en marzo, y protagonista de una gran temporada con el Real Madrid, con el que consiguió la Liga de Campeones. Pero hacían falta más razones para dejar atrás a un Giroud que llegó a Clairefontaine para la concentración previa al Mundial con la determinación de no ser un figurante.

"Desde el comienzo de la preparación ha mostrado una buena condición física", reconoce Deschamps, que ha sufrido la lesión de uno de los líderes del equipo, Franck Ribery, baja por una lumbalgia. La ausencia de la estrella del Bayern Múnich facilita el trabajo para el técnico, liberando una plaza en el tridente ofensivo, del que parece que formarán parte Benzema y Mathieu Valbuena.

Giroud en el centro, Benzema a la izquierda

Tras los dos primeros amistosos ante Noruega (victoria 4-0) y Paraguay (1-1), en los que no jugó Benzema, Giroud ha convencido a Deschamps, desplazando al delantero del Real Madrid a la izquierda en la goleada ante Jamaica (8-0). En el césped del estadio Pierre-Mauroy de Lille, contra el 'sparring' caribeño, los cambios de posiciones entre los tres jugadores de ataque y sus combinaciones fueron alentadoras, con Benzema dando un pase decisivo a Giroud.

"El entrenador espera mucho de nosotros. Quiere que nos movamos, que combinemos, que nuestras carreras sean inteligentes, que todos los espacios libres sean ocupados", explica Giroud. Parece que finalmente la competencia con Benzema se ha convertido en una prometedora asociación. "No es un dúo, hay también un tercer jugador ofensivo, un medio, y ellos dependen de él", añadió Deschamps.

Ante Honduras, un rival poderoso físicamente, la combatividad y potencia de Giroud podrían ser la llave para la primera victoria de Francia. La respuesta, el domingo en Porto Alegre.

afp