Didier Deschamps y Dunga eran los capitanes de las selecciones de Francia y Brasil en la final del Mundial 1998 en París. Aquel partido terminó con victoria gala (3-0). Diecisiete años después se vuelven a medir en el mismo escenario, el Stade de France, esta vez como seleccionadores.

"Voy a ser egoísta por una vez: cuando levanto la Copa, no hay nada más bonito. Es la apoteosis. Levantar el trofeo es el privilegio del capitán. He sido el primero de Francia. He tenido tiempo de saborearlo", afirmó hace dos años Deschamps en una entrevista. "Tras la final, dormí con la Copa esa noche. Se quedó en mi habitación. Después hizo un recorrido, pero esa noche quise guardarla", añadió.

Pero Dunga también sabe lo que es levantar la Copa del Mundo como capitán, ya que aunque vio como Deschamps le quitaba el privilegio en 1998, el actual seleccionador brasileño llevaba el brazalete en la final de Estados Unidos-1994 cuando la auriverde derrotó a Italia en los penales. Dunga y Deschamps tienen varios puntos en común como seleccionadores. Los dos han apostado por los jugadores jóvenes para ir construyendo un nuevo proyecto, con las competiciones continentales, de Sudamérica y Europa, en 2015 y 2016, y con el Mundial de Rusia-2018 en el horizonte.

Copa América

Brasil disputa la Copa América en Chile entre el 11 de junio y el 4 de julio, mientras que Francia es el país organizador de la Eurocopa-2016. "La Copa América es importante, pero nuestra prioridad es la fase de clasificación para la próxima Copa del Mundo. El nivel es cada vez más alto y la ruta que lleva a Rusia-2018 es larga y llena de trampas", afirmó Dunga.

Tras el Mundial-2014, Dunga ha renovado en dos tercios el plantel, manteniendo a algunos de los jugadores de la decepción en su país, entre ellos Neymar. Deschamps, más que en el próximo Mundial, piensa en la Eurocopa-2016, que se disputa en Francia, aunque su contrato expira tras Rusia-2018. "El objetivo más importante es la Eurocopa, después ya veremos", señaló.

El jueves, Deschamps y Dunga se volverán a ver las caras en el Stade de France. No serán los capitanes sino los arquitectos para construir dos selecciones que podrían enfrentarse en otra final de un Mundial, en Moscú en 2018.

afp/livefutbol