El seleccionador inglés, el veterano Roy Hodgson, reconoció la fuerte decepción que sufre su equipo tras la apretada derrota 2-1 este jueves ante Uruguay que les deja prácticamente sin opciones en la Copa del Mundo, pero descartó su dimisión.

"Lo intentamos con fuerza y el estado de ánimo está muy bajo. Es difícil saber qué decir", admitió el extécnico del Liverpool en la rueda de prensa. Sin embargo, el técnico descartó su dimisión: "No siento que tenga que dimitir (...) Por otro lado, si la FA considera que no soy el hombre adecuado para hacer el trabajo...".

Con ningún puntos en dos jornadas, Inglaterra está casi condenada a una nueva desilusión en una Copa del Mundo a pesar de que en Brasil presentó un equipo muy renovado, en el que despuntaron promesas como los veloces puntas Sturridge y Sterling.

Dos goles, pero no más ocasiones

El ultraofensivo equipo que presentó Hodgson puso en aprietos tanto a Italia, en la primera jornada, como a Uruguay, pero no supo amarrar ninguno de esos duelos. Contra la Celeste "concedimos dos goles pero no concedimos muchas más ocasiones. Pienso que tuvimos mucha más posesión pero ellos se mantuvieron firmes y no pudimos marcar", describió el técnico, de 66 años.

"Más que decepcionados, estamos devastados", admitió el técnico, que reemplazó a Fabio Capello poco antes de la Eurocopa de 2012, en la que los ingleses alcanzaron los cuartos de final. Sin embargo, el defensa Gary Cahill no de dio por vencido y espera una 'ayuda' de Italia: "Esperemos que Italia juegue bien sus dos próximos partidos y dejar el último partido para nosotros para tratar de ganar".

Para clasificarse, Inglaterra necesita que Italia gane sus dos próximos partidos (Costa Rica y Uruguay) y que los ingleses derroten a los ticos en la última jornada y puedan clasificarse como segundos por diferencia de goles (ya que los tres equipos empatarían con tres puntos). "Va a ser muy duro", admitió el jugador.

afp