"¡Huh, Islandia!". A horas del choque de cuartos de final de la Eurocopa-2016 entre Islandia y Francia de este domingo, varios miles de hinchas islandeses se reunieron frente al Moulin-Rouge para festejar en la previa del duelo, en uno de los puntos más turísticos de la capital francesa.

"Este partido es histórico, y aun si los Bleus ganan vamos a estar contentos porque para nosotros ha sido algo grandioso estar acá y nos han recibido muy bien en Francia", manifestó con entusiasmo Kristin, de 38 años, portando la bandera de su país sobre sus hombros.

Poco antes de las 15h00 GMT era casi imposible circular en auto por el barrio del Moulin-Rouge y sus alrededores. Los hinchas islandeses habían invadido el centro de la plaza Blanca, cerrada con vallas, al tiempo que la policía desviaba el tránsito vehicular. Con intervalos regulares, los hinchas islandeses entonaron su ya famoso grito de guerra "¡Huh!", golpeando las manos cada vez más rápido.

En medio de esa marea azul eufórica estaba Olafur, de 40 años. Con casco de vikingo con cuernos en su cabeza y anteojos de sol, no ocultaba su alegría por vivir en primera persona este momento histórico para el fútbol de su país. "Todo es posible, tenemos un gran corazón. Sabían que en 1998, Islandia casi sorprende a Francia (en eliminatorias para la Eurocopa-2000)", dijo el hombre, intentando asustar a los franceses que pasaban por el lugar.

A su lado, su esposa Gudny, una rubia de unos cuarenta años también, luce con orgullo la camiseta nacional azul. "Lo que importa no es el talento individual, es que nosotros tenemos una gran pasión y un gran corazón, y eso es el fútbol", reflexionó.

afp/livefutbol