El Olympistadion de Berlín, donde el argentino Leo Messi disputa el sábado contra la Juventus de Turín su cuarta final de Liga de Campeones, es un estadio de mal recuerdo para el delantero del Barcelona, ya que allí vivió su primera gran decepción, con su selección en el Mundial de 2006.

Messi, que acababa de ganar la Liga de Campeones con el FC Barcelona ese año 2006 en París, había sido campeón mundial Sub-20 en 2005 con la albiceleste, siendo declarado mejor jugador y máximo goleador. Pero no fue muy utilizado por José Pekerman en el Mundial de 2006.

En cuartos de final, Argentina fue eliminada en el Olympistadion de Berlín al caer en los penales con Alemania, después de que el partido terminara en empate (1-1), sin que el ahora seleccionador de Colombia permitiera jugar a Messi, que asistió desde el banquillo a su primera decepción como profesional.

Pocos días después, el Olympiastadion volvió a ser maldito para otra gran estrella, Zinedine Zidane, que en su último partido como profesional fue expulsado en la final Francia-Italia, por un cabezazo a Marco Materazzi. Con Zidane en la cancha, parecía que Francia podía lograr el gol de la victoria en cualquier momento, pero el encuetro terminó 0-0 y Francia perdería en los penales el título.

En el Estadio Olímpico de la capital alemana juega el Hertha de Berlín y tiene una capacidad para unos 76,000 espectadores, siendo el más grande del país. Fue diseñado por el arquitecto alemán Werner March y construido para los Juegos Olímpicos de 1936, donde brilló el atleta negro estadounidense Jesse Owens.

Adolf Hitler quería utilizar ese evento para mostrar al mundo una renaciente Alemania nazi. El gobierno germano tenía muchas esperanzas de que sus atletas dominaran los Juegos. Owens acabó ganando cuatro medallas de oro: 100 metros lisos, salto de longitud, 200 metros lisos y el relevo 4x100.

afp/livefutbol