26.05.2021 15:43 h

Kanté, el viaje de la periferia parisina al techo de Europa

Kanté es el pulmón y la brújula del Chelsea.
Kanté es el pulmón y la brújula del Chelsea.

"Es pequeño, es amable, frenó a Leo Messi", reza una canción que entonan los aficionados en su honor: a fuerza de abnegación, N'Golo Kanté se ha instalado en la élite del fútbol y el sábado peleará por la Champions, uno de los pocos trofeos que no tiene.

El rocoso volante defensivo del Chelsea creció en el seno de una familia numerosa en la localidad de Rueil-Malmaison, en la periferia parisina. "Cada vez que vuelve a París viene a vernos para saludarnos. Pero no es un visto y no visto, si hacemos para comer se queda a comer, acepta hacerse fotos con todo el mundo, jugar con los chicos...", cuenta Karim El-Moudkhil, su antiguo educador en Rueil.

En la casa de la juventud de su barrio casi todo recuerda al héroe: fotos suyas cuando era adolescente con el equipo local, o un retrato gigante del internacional francés.

Karim El-Moudkhil recuerda multitud de anécdotas con Kanté, y no cesa de mostrar videos del astro de la medular, que puede presumir de haber sido campeón del mundo con Francia y de la Premier con el Chelsea y el Leicester. Afirma que Kanté es "un ejemplo viviente" para los chicos de la pequeña localidad a pocos kilómetros de París.

"En verano aquí todo el mundo viste las camisetas del Caen, del Leicester, del Chelsea, de la selección francesa", los equipos por los que pasó Kanté.

Querido y respetado por todos -compañeros, aficionados y adversarios- por su bondad y su modestia, el centrocampista galo se ha ganado una reputación de jugador generoso y discreto, con unas cualidades como futbolista que van acorde a su personalidad fuera de los terrenos de juego.

"No se le ha subido la fama a la cabeza", confirma Karim El-Moudkhil. "Y sus hermanos son parecidos, me gustaría saber la receta para ello para poder dársela a todo el mundo", sonríe.

¿Una reacción impulsiva en un partido, un enfado, una emoción negativa? "Busco una anécdota o alguna cosa, pero francamente no lo recuerdo... Nunca lo vi enfadado desde que lo conozco", responde el docente, casi disculpándose ante el periodista por no poder dar respuesta a la pregunta.

Fue en el Suresnes, modesto club de la vecina localidad del oeste parisino donde Kanté, de 30 años en la actualidad, jugó en su juventud. A pesar de su talento evidente ninguno de los principales clubes de la región de París confió en sus cualidades, sobre todo debido a su corta estatura. Y quizá también por su personalidad que le llevaba a menudo a estar en un segundo plano. "N'Golo no se muestra, así que era poco visible", explicaba en 2018 a la AFP Pierre Ville, uno de los dirigentes del club.

Un valor prematuro

Con 19 años, cuando firma por el Boulogne-sur-Mer, comienza a despuntar realmente. Konté asciende rápido los escalones, hasta formar parte de la primera plantilla en Nacional (tercera división en Francia). De allí pasará al Caen (2013-2015) antes de volar a Inglaterra, donde le esperaba la gloria en Leicester, con el que conquistó la Premier en 2016. Después el Chelsea.

"Desde que firmó por el Boulogne-sur-Mer, sabía que su carrera estaba lanzada", afirma Karim El-Moudkhil, "sólo necesitaba estar en una estructura profesional".

"Lo que llamaba más la atención eran sus ganas de progresar: era una esponja, absorbía todos los consejos", recuerda Christophe Raymond, antiguo entrenador del filial del Boulogne-sur-Mer, quien tuvo a sus órdenes entre 2010 y 2012 al jugador que brillaría en las recientes semifinales de Champions ante el Real Madrid. "Sentíamos que tenía potencial, pero sería mentir decir que imaginábamos que alcanzaría este nivel", reconoce.

En Rueil, para su antiguo educador es uno de los grandes favoritos al Balón de Oro: "Si gana la Eurocopa y la Liga de Campeones puede lograrlo".

afp/livefutbol